Esta mañana estaba hablando con un amigo farmacéutico sobre AlphaFold, la red neuronal de Google para predecir la estructura de las proteínas. La verdad es que estuve al tanto del anuncio en su momento, pero como es un tema que desconozco, tampoco le presté mucha atención.
Pues bueno, al parecer, puede tratarse de uno de esos descubrimientos que puede marcar un antes y un después en el progreso científico. Que puede abrir posibilidades que hasta ahora ni imaginamos. No únicamente en biología, sino en farmacología, ciencia de materiales, y decenas de campos más. Al parecer Google ha conseguido un avance de gigante: después de muchos años sin un progreso significativo, Google ha conseguido llegar a un punto que creíamos que aún tardaría varias décadas. De verdad, tendríais que haber visto la emoción con la que mi amigo hablaba de ello: no le salían las palabras con las que expresar hasta qué punto lo que vamos a vivir es una revolución.
He estado investigando un poco y, no os voy a engañar, sigo sin comprender del todo las consecuencias del descubrimiento. Pero una de las cosas que sin duda me queda claro, es que menuda suerte poder “formar parte” de algo así.
Por supuesto, el “formar parte” es muy desde la lejanía, porque nada de lo que yo hago se acerca ni de lejos a la trascendencia que puede tener AlphaFold. Pero es que, últimamente, parece que casi todos las noticias que vemos sobre tecnología hablan sobre los fallos de un algoritmo u otro, o sobre el abuso que alguna aplicación o servicio hace de nosotros y nuestros datos. Y por esto es que a veces es reconfortante recordar que, al mismo tiempo, la tecnología también permite que hagamos realidad cosas que parecían absolutamente imposibles, que avancemos descubrimientos que debían haber tardado décadas en llegar. Que cosas que parecía que fuesen solo magia pasen a ser parte de nuestro día a día.
Sin duda, “afortunado” es la palabra que mejor describe la sensación de pensar que de unas líneas de código como las que escribimos hoy puede surgir el progreso que cambie nuestras vidas mañana.
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